Para ti que estás convencido de que el horno es un invento del diablo que solo sirve para quemar los bordes de las pizzas. Para ti crees que la Thermomix es un arma de destrucción masiva que, probablemente, aún estás pagando en cómodos plazos. Para ti que tu mayor proeza en la cocina ha sido la elaboración de un sándwich de tres pisos; te traigo un postre que hasta alguien como tú podría hacer con los ojos vendados (pero por si acaso, no lo vayas a intentar): flan de chocolate con almendras.
Es un postre muy sencillo, que está buenísimo y para el que,
te prometo, solo vas a necesitar estar en la cocina poco más de quince minutos.
Además, te aseguro que con él siempre vas a quedar bien porque gusta incluso a
los que no son muy amantes del flan ya que lo que más se le aprecia es un suave
sabor a chocolate.
Los ingredientes
que necesitas son: un litro de nata para montar, una tableta de chocolate con
almendras, una caja de flan Royal para ocho personas y un paquete de galletas
(tipo María o similar).
Fíjate lo poco que tienes que hacer para su elaboración. Primero, vierte sobre la
base del molde que vayas a usar, el caramelo líquido que viene en la caja del
flan. Luego, echa la nata en un cazo y ponlo a fuego bajo. Añade el chocolate
cortado a trozos y remueve insistentemente. Cuando se haya disuelto todo el
chocolate en la nata, agrega el sobre de flan y continúa removiendo hasta
empiece a hervir. Retíralo del fuego, vuelca el contenido del cazo en el molde
y pon una capa de galletas sobre el flan para que al desmoldarlo, como
cualquier otro flan, dándole la vuelta, las galletas sean la base de nuestro
postre. Por último, déjalo enfriar en el frigorífico, de cuatro a cinco horas.
Aún hay más. Este postre está ideado para ti, que eres tan
perezoso (o perezosa) que, pese a que ya se te ha hecho la boca agua leyendo la
receta, no estás dispuesto ni a acercarte al bazar más cercano para comprar un
molde. No te preocupes, lo tengo todo pensado; basta con que viertas el flan en
un bol de esos que usas para las ensaladas. Al darle la vuelta, esta ambrosía
que tan fácilmente vas a preparar, te quedará con la forma típica del flan,
como puedes apreciar en la foto. Aunque si, ya puestos en faena, eres de los
que no le importa currárselo un poco y, aprovechando que se avecina la fecha,
quieres hacer pasar este postre por una tarta y que te saque del apuro en San
Valentín; solo tienes que utilizar un molde redondo (que no sea de un diámetro
muy grande para que el flan no te quede sin apenas altura) o, si tu pareja
supura romanticismo por los cuatro costados, puedes utilizar un molde en forma
de corazón. Luego, simplemente tienes que decorar los bordes con fideos de
chocolate o almendras laminadas.
Et voilà! Prepárate para el dulce y nada empalagoso sabor
del éxito.
* Publicada en la sección de Gastronomía de LA VOZ DE HOY
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