El 13 de junio es mi cumpleaños y, como soy una ombliguista,
he pensado que podía aprovechar la excusa para traerte algunas recetas que
vienen muy bien para las celebraciones de
cumpleaños veraniegos.
He ahí la explicación que te dejé debiendo en mi anterior
colaboración.
Son un par de recetas que te traigo en especial a ti que
envejecerás en estos calurosos meses y que nunca sabes qué diantres preparar
porque cuando consigues hacerte con la tarta piensas, que lo sé yo: «no voy a
ser tan rácano de poner solo una tarta, voy a acompañar la merienda con algo de
picar». Pero tu ingenio, que anda tostándose al sol, no está muy por la labor
de ayudarte y al final lo único que se te o curre es comprar unas papas fritas
y hacer unos sándwiches. Lo malo es que, para cuando te vienes a dar cuenta,
entre los platos de plástico y los sándwiches de Nocilla o de chorizo, solo te
falta una piñata para haber organizado una buena fiesta de cumpleaños para
niños. Y aquí entre tú y yo, te tengo
que confesar que por mucho que intentes compensarlo comprando unas birras y
unos tintos de verano, no terminas de arreglarlo.
No te preocupes; las recetas que te traigo le darán un toque
más “maduro” a tu merienda de cumpleaños.
Empezamos por la primera propuesta.
¿Recuerdas que en la primera receta que publiqué te decía
que me dirigía a aquellos cuya mayor proeza había sido la elaboración de un sándwich
de tres pisos? Pues la primera de las recetas de cumpleaños que te traigo está
a la altura de un sándwich de tres pisos. Te propongo hacer un pastel de
sándwich.
Normalmente los pasteles vegetales son muy conocidos y
suelen llevar, evidentemente, verduras, pero a mí me ocurría que siempre me
encontraba con el típico amigo o familiar que me increpaba con su pobre paladar
gastronómico: «¡Ay, es que a mí no me gusta la zanahoria!» «¿Lleva maíz? Odio
el maíz» «¿Para qué le has puesto pimientos del piquillo?» «¿Eso rojo no será
tomate, no?» etc., etc., etc. Entonces,
se me ocurrió idear la receta de un pastel de sándwich que no llevara apenas
vegetales pero que a la vez fuera algo más original que un simple pan con
chacina. A la hora de elegir los ingredientes
me centré en lo más típico para que ningún “tiquismiquis” me aguara la fiesta.
Anota. Ingredientes que necesitas: pan de sándwich sin corteza, chóped en
lonchas, queso fundido en lonchas, atún, lechuga, queso rallado, huevo duro,
queso de untar, kétchup y mahonesa suave.
En esta ocasión no te voy a dar las cantidades exactas porque
depende del tamaño que le quieras dar al pastel. Al fin y al cabo se trata de
un simple sándwich; tampoco es que te me vayas a matar en la cocina, ni a lo que vas a hacer se le puede llamar
cocinar.
Eso sí, como guía te diré que yo uso de molde la típica
bandeja de horno (en la que se hace la lasaña, sí) y que suelo necesitar un
paquete de sándwich, 200 gr. de chóped y 150 gr. de queso fundido en lonchas,
un huevo duro, un par de latas de atún y 100 gr. de queso rallado, además de
los otros ingredientes, por supuesto.
Elaboración. La idea es montar el pastel de sándwich sobre el molde
elegido y luego darle la vuelta por lo que la última capa quedará la primera.
Te aconsejo que forres el molde que uses en papel film para
ayudarte a darle la vuelta y despegar el pan de sándwich más fácilmente.
Lo primero es poner una capa de pan de sándwich sobre la
base. Por supuesto tendrás que recortar el pan para que encaje perfectamente en
el molde que has elegido. A continuación, extiende una fina capa de kétchup
sobre esa el pan y pon las lonchas de tranchete
primero y de chóped después. En este punto, coge el pan que vas a
necesitar para una siguiente capa y antes de ponerlo echa queso de untar y colócalo
de forma que la parte untada esté en contacto con el chóped. Así tendrás una nueva capa de pan que no
tiene nada, a la que agregarás el típico relleno hecho a base de atún, lechuga
cortada muy fina y mahonesa. Finalmente pon otra capa de pan de sándwich.
Hay que compactar un
poco las capas. Para eso, tienes que cubrir con papel film o de aluminio el
recipiente que hayas usado y colocarle peso encima (unos paquetes de legumbres,
por ejemplo). Déjalo así media hora.
Pasado el tiempo ya solo tienes que colocarlo sobre una
bandeja dándole la vuelta al recipiente. Cúbrelo todo con una capa de mahonesa.
Para decorarlo yo suelo cubrir los laterales con lonchas de chóped (aunque a
veces he optado por poner lechuga cortada muy fina y también me ha gustado el
resultado). Por la parte superior cúbrelo con huevo duro picado y queso
rallado.
Como siempre te aviso: no comas ansias. Déjalo enfriar en la
nevera un par de horas antes de servirlo.
Te aseguro que está tan rico que, como cumplas años pronto y
lo hagas para esa ocasión, te vas a pasar el verano merendando y cenando pastel
de sándwich.
No te vayas a perder la próxima entrega porque aún nos falta
la tarta para el cumpleaños y te voy a traer una propuesta muy veraniega.
*Publicado en la sección de Gastronomía de La voz de hoy
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