Si en mi última colaboración te traía una receta para
alargar el verano, en esta ocasión te traigo una para que le des la bienvenida
al otoño, que ya vamos tarde.
Paradójicamente, es una receta
que en mi casa se hace mucho a finales de verano, aprovechando que es la época
en la que el manzano que tenemos en la parcela familiar está más cargado y ya
no sabemos qué hacer con tanta manzana por casa. Solemos elaborar tartas de
manzana para aprovechar el excedente porque si, en vez de eso, hiciéramos
compota tendríamos para alimentar a todos los bebés del barrio durante meses, o
hasta puede que a todos los de mi pueblo, yo no lo descartaría.
Ahora que han empezado las
primeras lluvias, lo que realmente apetece por las tardes (al menos a mí) es
tomar algo calentito y acompañarlo de un buen trozo de pastel. Hay placeres muy
sencillos… Otros, no tanto… Por eso, se me ha ocurrido traerte esta receta:
porque viene genial para esta época y porque en mi casa siempre empezamos el
otoño merendando tarta de manzana.
Tartas de manzanas hay muchas. A
todos nos viene a la mente la famosa “American apple pie” o tarta de manzana
americana, pero la tarta de manzana que encontramos aquí, en España, es muy
diferente. Estamos acostumbrados, por lo general, a ver tartas de manzana con una
base fina de masa u hojaldre a la que se agrega crema repostera y manzana
laminada, confitada y con una capa de mermelada. La “American apple pie”, por
su parte, es una tarta que lleva una “tapa” con la misma masa que la base y por
dentro tiene un relleno de trozos de manzana. Luego, además, tenemos las
típicas tartas de manzanas que se hacen en muchos hogares y que no llevan
hojaldre sino que son una especie de pudin de manzana, con una textura parecida
a la de las tartas de queso horneadas.
La receta de tarta de manzana que
te traigo hoy es una mezcla de la versión más clásica con la actual de
hojaldre. Y aunque se podría rematar esta tarta con una capa de manzana
laminada, yo te aconsejo, por darle un toque más original y que suele ser un
acierto, cubrirla con una ganache de chocolate (recuerda que te expliqué cómo
hacer ganache de chocolate en la receta “La tarta de la abuela moderna”). El
contraste de sabores es delicioso y la idea de agregarle chocolate a una tarta
siempre triunfa.
Los ingredientes que necesitas
para esta tarta son masa de hojaldre congelada, 3 huevos, 1 vaso de leche (200
ml aprox.), 10 cucharadas soperas de azúcar, 10 cucharadas soperas de harina, 1
kg de manzana, 300 gr. de mermelada de melocotón, 75 gr. de chocolate de
cobertura y 75 ml. de nata para cocinar.
Elaboración. Pensar
en hacer una tarta puede parecer algo laborioso pero no lo es tanto. Lo único
que tienes que hacer es echar en un bol la harina, los huevos, la leche, el azúcar,
la mermelada de melocotón, junto con las manzanas peladas y troceadas y batirlo
todo.
En cuanto al hojaldre para la
base, depende del tamaño de tu molde. Yo suelo comprar hojaldre congelado de la
marca Hacendado. Vienen dos láminas congeladas en cada caja y solo utilizo una
lámina que he dejado descongelar previamente. La extiendo un poco con un
rodillo y cubro la base del molde que vaya a usar. Lo ideal sería usar un molde
como los típicos para hacer quiche, y mucho mejor si es de los que se pueden
desmoldar levantando la base, así te resultará más fácil.
Tienes
que cubrir la base del molde con el hojaldre, hacerle unos agujeritos con un
tenedor, verter el relleno de la tarta y meterla al horno, precalentado a 180º,
40 minutos con calor solo abajo.
Cuando
la termines, déjala enfriar antes de preparar la ganache y echársela por encima
a modo de cobertura.
Espero
que te atrevas a hacer esta versión diferente de un clásico delicioso. Te
salvará las meriendas e incluso, si me apuras, alguna que otra celebración
que tengas por estas fechas.
*Receta publicada en la sección de Gastronomía de La voz de hoy
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