Hoy traigo una de esas recetas que o tu abuela sabe hacerla
parecida o, si se la explicas, la hará mejor que tú. Tal como te lo digo.
¿Por qué? Porque esta es una receta muy tradicional y siempre
me acuerdo de las abuelas o las madres cuando traigo recetas tradicionales, de
las de toda la vida, ya que es difícil competir con las manos expertas de esas
buenas mujeres.
No obstante, sabes que, también, suelo traer recetas para
cocinillas principiantes, aquellos para los que los pasos a seguir en la
elaboración de todos sus platos son siempre dos: descongelar y freír.
Habrás notado que, últimamente, mis propuestas suelen tener
muy en cuenta las típicas celebraciones o reuniones del verano como si te
imaginara con un pie en la piscina o en la playa cada vez que lees mis recetas
pero tengo que ser realista; si te diera la receta de un contundente y
calentito guiso lo mismo y hasta se te derretían las seseras y eso que estamos
teniendo un verano bastante fresquito (ya sé que semejante afirmación de la
mano de una sevillana es relativa porque los sevillanos consideramos que somos
víctimas de una ola de frío siberiano siempre que el termómetro no supere los
40º en agosto).
¿Recuerdas el típico brazo gitano que, de seguro, has
merendado en muchísimas ocasiones? Pues mi propuesta de hoy consiste en un
brazo gitano pero en una versión salada. Es ideal para un tapeo, un entrante,
una cena, o cuando te dé la gana en estos días en los que apetece más el picoteo
que el cuchareo. Y raro sería que no hayas probado un brazo gitano en alguna
celebración familiar de antaño. Es hora de que aprendas a hacerlo tú mismo.
Los ingredientes
que necesitas son 1,5 kg. de papas, 250 gr. de gamba cocida, 250 gr. de
aceitunas, una lechuga, tres latas de atún, 50 gr. de mantequilla, salsa rosa,
mayonesa, pimientos del piquillo y sal.
La elaboración. Lo
primero que tienes que hacer es cocer las papas y cuando se hayan enfriado,
pelarlas y pasarlas por un pasapuré. Si no tienes uno, machácalas con lo que
tengas a mano, por ejemplo un tenedor. Agrega la mantequilla y un poco de sal al
puré para que no quede tan soso.
A continuación, dispón el puré sobre un papel de horno y extiéndelo
con un rodillo hasta hacer la forma de
un rectángulo (yo suelo poner otro papel de horno encima para que no se pegue
el puré al rodillo y lo retiro cuando termino de extenderlo todo).
Para el relleno, corta muy finita la lechuga, coge la mitad
y la otra mitad resérvala para decorar.
Pica las aceitunas (puedes elegir cualquier tipo de
aceitunas aunque te recomiendo que no sean rellenas de anchoa ni con un sabor
muy intenso para no enmascarar los otros sabores) y las gambas y ponlas en un
bol junto con la lechuga y el atún. Agrégale salsa rosa a este relleno. Sé generoso,
que no quede muy seco. Puedes comprar la salsa rosa o hacerla tú mismo, esto
último es lo más recomendable o al menos
yo prefiero hacerla. Ya sabes, es una salsa muy fácil de elaborar con
mayonesa y kétchup, un chorrito de zumo de naranja y unas gotas de tabasco.
Pon esa mezcla de relleno sobre el puré de papas.
Ahora viene la parte más complicada del proceso o, más bien,
aquella parte para la que te vendrían bien unas manos expertas en el arte del
amasado y enrollado. Tienes que
enrollar, poco a poco, el puré con el
relleno hasta hacer la forma del típico brazo de gitano. No es muy complicado
pero hay que tener paciencia e intentar que no se nos abra porque la textura
del puré no ayuda mucho. Tampoco intentes enrollarlo mucho y termines haciendo un
destrozo. Es preferible que la forma te quede un poquito más ancha que la
del brazo de gitano dulce pero que no se
te le salgan grietas al rollo y empiece a abrirse. Puedes ayudarte de un paño
de cocina para ir enrollando.
Finalmente, cubre con mayonesa y decora como se te ocurra.
Yo pongo la otra mitad de la lechuga cortada fina por alrededor y arriba decoro
con unas tiras de pimientos del piquillo y algunas aceitunas, como puedes ver
en la fotografía. Me gusta ese aspecto casero algo barroco que recuerda a las
ensaladillas de las abuelas, así que, si quieres potenciar ese recuerdo, puedes
poner también huevo cocido por encima. Si, por el contrario, quieres ponerte
“fino” o muy moderno, huye del pimiento del piquillo y agudiza el ingenio,
ponle pepinillos, tomatitos cherry, zanahoria rallada… Eso ya lo dejo a tu
imaginación y a tus dotes decorativas.
Lo mismo te digo con el relleno, hay quienes hacen los brazos
gitanos salados con el relleno que suelen llevar las empanadillas de atún. Yo
he preferido darte la receta de este relleno con gambas y aceitunas por darle
un toque diferente y porque con el
relleno de atún y huevo cocido de las empanadillas sí que me parecía que el
resultado era casi como hacer una ensaladilla solo que currándose un poco más la
presentación. Aunque para gustos…
La versión que te traigo está muy rica, queda muy vistosa y
es barata porque con los ingredientes que te he indicado consigues un brazo
gitano salado bastante grande, apto para grandes celebraciones o comilonas.
Es tiempo de compartir mesa. Atrévete a hacer este brazo gitano y compártelo
junto con alguna bebida muy fría, no habrá quién te haga levantar las posaderas
hasta dar buena cuenta del brazo gitano.
*Receta publicada en la sección de Gastronomía de LA VOZ DE HOY
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