CAPÍTULO 3: ORGULLO Y PERJUICIO.
Hace
unos días fue el cumpleaños de Urss.
Irina y yo siempre le estamos
comiendo la cabeza a Urss sobre lo importante que es para una mujer cuidar la
piel de su cara para prevenir los estragos de la edad porque la piel humana, en
especial la de la cara, es un órgano de lo más vago que está deseando dejarse
caer al menor descuido. Urss no nos suele prestar mucha atención porque ella es
una mujer pragmática que se ha hecho fan del aceite de aloe vera y cree que ha
encontrado en él su mejor producto multiusos; un producto que lo mismo sirve
para las quemaduras solares, las picaduras de insecto o la piel deshidratada.
Sin embargo, el día de su cumpleaños algo dentro de ella debió alterarse porque
se presentó en Lidl y se compró la famosísima crema antiarrugas de 3 euros. Yo
creo que piensa que de la combinación de esos dos “productos milagrosos” surge la
fuente de la eterna juventud hecha crema aceitosa.
De modo
que, el día de su cumpleaños, Urss acudió al bar en el que habíamos quedado Irina,
ella y yo para almorzar juntas asegurando que acababa de quitarse una arruga
del entrecejo que jamás le habíamos visto ni Irina ni yo. No obstante, hay una
norma conocidísima del protocolo que rige las amistades no heroicas entre
zorras en la que se establece que nunca, bajo ningún concepto, ha de
contradecirse a una cumpleañera, así que no
lo hicimos.