Nunca he entendido por qué hay quienes piensan que la comida
vegetariana es solo para vegetarianos. ¿Acaso los turrones sin azúcar solo los
pueden comer los diabéticos? ¿Y la pasta sin gluten solo los celíacos?
Entonces, ¿por qué el pisto sin huevo no es coto privado de los veganos?
No soy vegetariana pero me gusta equilibrar, en la medida de
lo posible, la ingesta diaria de proteínas animales y vegetales. El año pasado se me ocurrió hacer un
particular experimento, de esos que la gente difícilmente comprendería: dejé de
comer carne y pescado durante tres meses. Quería comprobar qué tan difícil es
ser vegetariano hoy día —no me atreví a dar el paso al mundo vegano, seguía
comiendo huevo y leche—. Yo pensaba que en un mundo globalizado y con cada día
más vegetarianos poblándolo debería ser fácil, pero no.
En cuanto te habitúas y aprendes algunas recetas nuevas, lo
de ser vegetariano se convierte simplemente en acostumbrarte a una nueva dieta
como el que se propone perder peso, pero en este caso sin contar calorías y con
la tranquilidad de que la comida vegetariana para nada tiene que ser sosa o
plana. El problema es que algunos productos son caros, como ocurre con la
quinoa que es una excelente opción para vegetarianos por su alto contenido en
proteínas.
Eso sí, por el tema de la variedad no hay problema. Por
poner otro ejemplo, en el caso de la leche, para los veganos, hay muchos tipos
de leches vegetales para elegir: de soja, avena, almendras, arroz…
Sin embargo, lo peor no es comer en casa sino en la calle. En
algunos —muchos— bares o restaurantes es
difícil encontrar más de dos o tres opciones para vegetarianos. Al final acabas
buscando pizza o pasta cuatro quesos, una tempura de verdura o un salmorejo
—pidiendo, por favor, que no te lo condimenten con jamón—. Supongo que de haber
estado experimentando más tiempo habría encontrado lugares con más variedad en
la carta para vegetarianos. Durante aquellos meses di con algunos gastrobares
con tapas especialmente pensadas para vegetarianos. Aunque fueron pocos.
Fuera como fuese, en aquellos días aprendí a hacer algunas
deliciosas recetas vegetarianas que aún hoy cocino de vez en cuando. Una de
ellas es la de la hamburguesa vegetariana con soja texturizada.
La soja texturizada, cuando se hidrata y se cocina, tiene un
sabor que a mí me recuerda a la carne de pollo. Después de varios intentos y
mucha improvisación se me acabó ocurriendo esta receta que en realidad puede
ser apta para veganos, simplemente suprimiendo el huevo que lleva.
Quería, además, darle a la hamburguesa un toque a barbacoa
para que recordara más aún al sabor de la carne. Por eso te traigo esta receta,
porque estoy convencida de que gustará incluso a los amantísimos de la carne.
Los ingredientes que
necesitas para hacer tres hamburguesas de soja son 50 gr. de soja texturizada,
¼ de cebolla, 1 pimiento verde pequeño, 5 cucharadas de harina, 2 cucharadas de
salsa barbacoa, ½ huevo, sazonador con sabor a barbacoa, sal, pimienta y agua.
Para elaborar estas hamburguesas de soja primero tienes que
poner la soja en un recipiente y agregarle agua. Deja que la soja se hidrate.
Yo suelo dejarla unos 15 minutos hasta que veo que está blandita y ha aumentado
su volumen. Luego retira el excedente de agua.
Pica muy fino el pimiento y la cebolla y ponlos a freír. Cuando
estén muy fritos agrégalo a la soja ya hidratada, salpimienta al gusto,
agrégale las dos cucharadas de salsa barbacoa y sazona con el sazonador de
barbacoa. Ten cuidado de no pasarte con la sal porque el sazonador de barbacoa
también lleva, al menos el de la marca que yo uso. Aún así, suelo ser generosa
cuando le echo porque me gustan los sabores fuertes.
Integra todos los ingredientes amasándolos muy bien.
Si ves que la masa te queda muy pringosa o desmenuzada,
agrega más harina. De lo contrario, costará que la hamburguesa mantenga su
forma y no se destroce al hacerla.
Después, separa en tres bolas la masa y aplástalas para
darle la forma de hamburguesa, al igual que harías con hamburguesas de carne
picada.
Para que me quedara la forma totalmente redonda, yo utilicé
un molde circular de aluminio, pero no es necesario si te das maña o si no te
importa que quede tan perfecta tu hamburguesa.
Te recomiendo que la hagas —en una plancha o sartén, donde
suelas hacer tus hamburguesas de carne— a fuego medio para que se vaya cocinando
poco a poco y no se quede cruda.
Y ya está. Para
terminar esta rica hamburguesa solo tienes que acompañarla con pan de
hamburguesa y los vegetales, queso y
salsas que más te gusten. Ya que la hamburguesa tiene sabor a barbacoa, cualquier
vegetal le va a aportar un toque de frescor perfecto. En este punto debo
reconocer que yo soy muy clásica y mis hamburguesas siempre llevan queso,
cebolla, tomate y mucho kétchup.
En la fotografía no he querido añadir ingredientes porque
prefería dejarlo a tu elección y que vieras bien cómo queda la hamburguesa. Quizá
por desconocimiento, hay quienes asocian las hamburguesas vegetarianas a masas
negruzcas y deformes. Nada que ver. Esta hamburguesa de soja tiene un aspecto
delicioso y nadie diría que no lleva nada de carne.
Seas vegetariano o no, te invito a probar la receta.
Descubrirás una hamburguesa diferente y muy sabrosa.
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