domingo, 9 de octubre de 2016

LO QUE APRENDÍ DEL TIEMPO CON JAVIER OLIVARES.

Hay chicas que sueñan con ser como Beyoncé mientras que yo sueño con ser como Javier Olivares. Más que nada porque la genética en mis caderas se tomó muy a pecho aquello de que ancha es Castilla, así que curvas yo ya tengo. Y porque bailar como la diva te debe de dar, por lo menos, lumbago crónico. Y está la Seguridad Social en España como para coquetear con ella.

No. Yo no quiero dominar el escenario sino el tiempo. El de fuera y el de dentro. En el que se vive y sobre el que se escribe.

Hace unos días, en la  página de Facebook de la Delegación de Juventud de mi pueblo, me encontré con un cartel que anunciaba un encuentro con Javier Olivares y en el que se leía: «Todo lo que quisiste saber y ahora puedes preguntar sobre el Ministerio del Tiempo». O lo que es lo mismo, se avisaba que el guionista creador de la serie, Javier Olivares,  dedicaría parte de la tarde del sábado aguantar estoicamente todas las preguntas min-histéricas que le quisiéramos hacer, así fueran del tipo: ¿Cuándo salen las oposiciones para ser funcionario del Ministerio del Tiempo?

Tuve claro que no me perdería ese evento. No porque sea fan de la serie, tampoco porque sea Licenciada en Historia y ni siquiera porque sea escritora, bueno, esto último lo pretendo, que no es poco. Sino porque con Javier Olivares me ocurrió un día lo que con Philip Roth hace unos años. Cuando leí “El lamento de Portnoy” de Philip Roth sentí envidia, muchísima envidia que pronto se tornó en admiración, pues sabía que nunca había leído nada igual, nunca me había encontrado con una técnica literaria así y yo quería escribir de esa forma, con mi sello, pero con esa maestría. Me volvió a ocurrir lo mismo al ver primer capítulo de El Ministerio del Tiempo, sentí envidia, ¿por qué nunca se me había ocurrido a mí una idea así? Sabía que estaba ante un producto diferente y ante una idea rompedora que a mí no me encajaba ni en TVE, sinceramente.

Ayer, sábado 8 de octubre, acudí al encuentro acompañada por dos amigas, que no querían perder la oportunidad de hacerle preguntas al creador de una serie que nos tiene tan enganchadas.

De riguroso negro, como es habitual en él y como si jugara a ser el esbozo de un personaje que aún está por dibujar, Javier Olivares llegó a tiempo y lo detuvo. Me di cuenta ya casi cuando finalizaba su intervención, al sentir vibrar mi móvil sobre mis piernas, dentro de mi bolso. ¿Acaso fui la única que reparó en ello? No, una de mis amigas también lo hizo. De las veinte o treinta personas que acudimos a escucharle, ninguno había sacado el móvil durante toda su intervención más que para tomar alguna fotografía. Tan solo se escuchó el tono de un móvil que fue desatendido.

En los tiempos que corren, con esa tendencia estúpida a creer que el móvil es una prolongación digital de nuestro propio brazo, ¿no es increíble que alguien consiga embelesarnos —parar el tiempo, me gusta pensar a mí que tengo cierta tendencia novelera—hasta el punto de que se nos olvide todo lo demás?

Javier Olivares es un buen orador, qué duda cabe, y como buen orador sabe jugar con el tiempo, no solo detrás de la pantalla.

Respondió a las preguntas de los allí presentes. La gente quería saber sobre la tercera temporada de El Ministerio del Tiempo, aquella que los fans de la serie temimos que no se materializara. Nos contó lo que pudo, que tampoco era plan de hacer spoiler él mismo. Habrá más presencia del Atlántico, dijo, para que también se sientan identificados los muchos seguidores que tiene la serie al otro lado del charco y para hacer capítulos más internacionales. Habrá tres o cuatro viajes. Pero, hayamos leído lo que hayamos leído en presa, nos aclaró que la serie sigue sin tener el presupuesto de una superproducción, vaya, que tampoco podemos pedirle peras al Olmo.

En cuanto a la patrulla, a todos nos corroen las mismas dudas: ¿estará Rodolfo Sancho? ¿Y Hugo Silva? ¿Habrá alguna baja de personajes importantes? Aún están en negociaciones así que poco pudimos sacar en claro. Pero me parece a mí que los ministéricos tendremos que ser bastante comprensivos en ese aspecto porque, como es lógico, la larga demora entre temporada y temporada hace que los actores tengan que seguir rodando, valga la redundancia, y a veces sus nuevos proyectos son incompatibles. Solo nos queda esperar una conjunción astrológica favorable para que haya las menos bajas posibles.

Por otra parte, la mujer seguirá teniendo mucho peso en sus tramas, como lo ha venido haciendo con los personajes de Amelia Folch e Irene Larra. En este aspecto, ayer el guionista nos explicó algo muy interesante y que quizá ya se hayan planteado algunos seguidores de la serie. Es normal que más de uno se  haya preguntado, ¿por qué Javier Olivares eligió hablar de un personaje femenino como la vampira del Raval y no de otro como Clara Campoamor? Las respuesta que nos dio es que la vampira del Raval fue un personaje importante en su época aunque sea desconocida hoy día. Sin embargo, Clara Campoamor es un personaje mucho más conocido que ya se ha tratado incluso en TVE.

De este modo, Javier Olivares hace un homenaje a los pequeños personajes de la historia que soportaron el peso de la Historia con mayúsculas. Para hablar de esta idea, Javier Olivares nos regaló una frase más elaborada y con mejor prosa, que una oyente embelesada no pudo retener. Espero se me perdone mi poca retentiva. Pero a mí de niña no me contaron cuentos y cuando escucho a alguien contar historias de la Historia, y éste me atrapa, me gusta dejarme llevar y fingir que soy una cría a la que aún la Universidad no ha otorgado ningún diploma inútil y desconoce el final de la trama que le están narrando.

Javier Olivares también nos habló de lo que es “Historia contrafactual”, es decir, ese juego o maquinación que tanto nos gusta cuando nos preguntamos ¿qué hubiera pasado sí…? Como hizo en el capítulo “El tiempo en tiempos de Felipe II” y todavía hay algún inconsciente a quien la idea le sedujo mucho.



Hora y media larga dieron para enterarnos de muchas anécdotas, para que Olivares nos ilustrara sus ejemplos con muchos personajes históricos. Sin embargo, lo que a mí más me interesaba, como ocurre siempre que admiras a alguien, era su propia historia personal. Conocerlo a él como personaje histórico. Porque lo es. Quería conocer al hombre detrás del nombre. Quería escuchar hablar en persona al guionista que habla claro del maltrato que se sufre muchas veces los de su gremio. Quería escuchar al hombre quien junto con su hermano, Pablo Olivares, creó una serie para los desencantados con la televisión y encima la emitió en televisión. Tiene bemoles la cosa.

Afortunadamente, una de mis amigas le preguntó sobre cómo había pasado de ser historiador a guionista y él le contestó hablándole de su vida. Así todos los asistentes pudimos conocer que Javier Olivares procede de una familia humilde con unos padres que querían que estudiara una carrera porque ellos no pudieron estudiar. Supimos de sus mozalbetes inicios como actor y de que ahí fue cuando empezó a escribir los guiones para esas obras de teatro. Y descubrimos algo que era fácil de suponer: desde muy joven sintió esa pasión por la escritura.

Muchas veces, cuando oigo a alguien decir que quiere ser pintor, escritor, cantante, actor o, yo qué sé, alcalde de su pueblo, por ejemplo, lo miro, reparo en esa persona a conciencia y al final la información que a mí me llega es la de quiero ser famoso y que la gente me envidie. Y no está mal ese deseo, oye, somos humanos, no perfectos. Aunque otras veces, las menos,  escucho a gente con esos mismos grandes sueños y descubro que en ellos no son moda pasajera sino una auténtica pulsión que los atormenta. Yo siempre digo que para mí la escritura es como una solitaria que tengo anclada en las tripas y que, si no alimento a conciencia, me terminará consumiendo. A eso me refiero.

Javier nos habló de su hermano Pablo. No nos contó una historia lacrimógena. Podría haberlo hecho, pero ya he dicho que Olivares maneja bien el tiempo y sabía que no era el momento. Tampoco creo que le apeteciera. Ni que su hermano, que en paz descanse, querría que diera ese enfoque a sus charlas. No sentí lástima de Pablo, ni si quiera cuando Javier nos confirmó ese subtexto en el capítulo de la despedida de Lorca y Julián que ya se había empezado a comentar en las redes sociales. Para quién no sepa de qué va el tema, me refiero a la mítica escena del abrazo cuando Julián se despide de Federico García Lorca y éste no le avisa de que va a  morir. Lo deja ir. Esta escena es la despedida simbólica de Javier a su hermano Pablo quien, enfermo de ELA, falleció antes de que se estrenara El Ministerio del Tiempo ideado por los dos. Y, como decía, yo no sentí lástima por Pablo sino una profunda admiración por el hombre que escribió en sus últimos días guiones con un ordenador que se activaba por la mirada. Eso y no otra cosa es pasión por lo que se hace.

Fue una gozada escuchar a Javier Olivares para todos los que ayer estuvimos presente en el encuentro que ayer tuvo en la Casa de la Cultura de Los Palacios. Pero para mí, además, fue muy inspirador. Lo necesitaba. Necesitaba escuchar no solo lo que dijo sino la subtrama de mucho de lo que contó: su historia personal. Porque lo reconozco, en ocasiones guerreo contra el tiempo, mi tiempo. A veces me parece que pasa demasiado lento y que las cosas que anhelo y por las que lucho no terminan de llegar; otras veces siento que se acelera y no me da tiempo para asimilar los cambios. También hay veces en las que el tiempo me resulta cíclico y se me antoja una broma de mal gusto que me arroja una y otra vez al mismo punto de partida.

Pero ayer tarde, escuchando a Javier Olivares, comprendí al fin que el tiempo es el que es. Y solo me queda hacer de él algo bueno.


* No podía faltar la foto de recuerdo. A la izquierda una servidora y a la derecha mis amigas Rocío y Úrsula.

domingo, 2 de octubre de 2016

¿DE LA MODA LO QUE TE ACOMODA?

De la moda lo que te acomoda, pero hay a quién le acomoda todo. Y luego se ve cada cosa…

Según parece, desde hace unos días ya es otoño. Yo soy sevillana y aquí ese concepto no lo conocemos, aquí, con un octubre de 35º, solo tenemos verano e invierno y lo de las cuatro estaciones es para los de Despeñaperros para arriba. Pero sabemos que es otoño porque lo pone en el calendario y porque El Corte Inglés y Desigual se lo curran en estas fechas para hacérnoslo saber con sus habituales y sicodélicos vídeos. De esos que después de verlos más que ganas de comprar ropa de la nueva colección lo que te entra es epilepsia.

Claro que entre el mítico anuncio de Desigual del año pasado y el de El Corte Inglés de este año hay un abismo. En el primero las modelos bailaban en el probador, que ya me dirás tú dónde encuentras un probador donde después de colgar el bolso, la ropa que llevas y la que te quieres probar, te quede espacio como para bailar en plan diva me quiero, me amo, qué tipazo tengo, bailo como si me hubiera bebido hasta el agua de los floreros. Mientras que en el anuncio de El Corte Inglés las modelos bailan en sitios mucho más glamurosos como en escaleras y calles desiertas. Y se mueven como si fueran maniquíes oteando el horizonte buscando vete a saber qué, un muslito de pollo o un trozo de pan me supongo yo viendo las pocas curvas que tienen esas mujeres.



domingo, 19 de junio de 2016

TARTA DE OREO Y ALGUNAS CURIOSIDADES SOBRE LA LEGENDARIA GALLETA.



En 2012 las galletas Oreo cumplieron la friolera de cien años, su primer siglo. Hace unos días yo cumplí 28 y, como yo ansío ser tan famosa y longeva como esas legendarias galletas, se me ocurrió celebrar el año que me caía en suerte preparando una tarta de Oreo. Como ves a mí excusas no me faltan nunca.

Yo siempre digo que, por muy original que uno se crea, todo está inventado. Pero, ¿sabías que las Oreo ya estaban inventadas antes de su comercialización? Ya que si bien las Oreo salieron al mercado en 1912, estas deliciosas galletas que todos conocemos hoy día eran casualmente muy parecidas a unas galletas de la competencia: las galletas Hydrox. Aunque dicen que las Hydrox tenían un sabor más fuerte y picante y menos relleno que las Oreo.

Las Hydrox fueron retiradas en 1996, cuando yo apenas atesoraba 8 años y no estaba para investigaciones culinarias, por lo que perdí irremediablemente la oportunidad de probarlas y comparar su sabor con el de las galletas Oreo.

En los anuncios nos muestran que hay mil formas de comer galletas Oreo: mojándolas en leche, separándolas y chupando la crema… Pero a mí lo que realmente me gusta es aprovecharlas para hacer elaboraciones dulces: batidos, helados, tartas y todo lo que se me ocurra.

Así que hoy te voy a enseñar a hacer una tarta de galletas Oreo sin horno. Porque es verano y recuerda que en verano el horno se toma sus merecidas vacaciones. Lo que, a su vez, evita que mueras por un golpe de calor en tu cocina. Que se habla mucho de las caídas en la ducha pero muy poco de los soponcios entre fogones.

Para hacer una tarta Oreo sin horno necesitas: 300 gr. de galletas Oreo grandes, 600 ml de nata para montar, 2 tarrinas de queso para untar tipo Philadelphia, 6 cucharadas de azúcar, 7 láminas de gelatina neutra, 1 yogur natural y mantequilla. Opcionalmente también puedes necesitar algunas mini galletas Oreo y un poco de nata montada.

Lo primero que tienes que hacer es abrir las galletas Oreo, quitarles el relleno, apartarlo en un bol y triturarlo un poco con un tenedor. Luego, tritura las galletas en una picadora y aparta, aproximadamente 50 gr. de galleta triturada. Después, añade a los 250 gr. de galleta Oreo triturada mantequilla a temperatura ambiente hasta hacer una pasta —la cantidad va un poco a ojo, vigila que quede una masa compacta pero no demasiado aceitosa—. Y extiende la masa por la base del molde de la tarta.

Para el relleno mezcla en un bol la nata —líquida, sin montar— salvo unos 50 ml. que has de reservar, el yogur, las dos tarrinas de queso para untar, el azúcar y el relleno de las galletas Oreo hasta que quede todo homogéneo. Cuando lo hayas conseguido pon a hidratar durante unos diez minutos las láminas de gelatina. Una vez pasado el tiempo calienta la nata que habías reservado y disuelve en ella las láminas de gelatina previamente hidratadas.

Para terminar, intégralo al relleno con movimientos suaves y viértelo sobre el molde.

Tras estos pocos pasos, tienes que reservar la tarta en el frigorífico unas doce horas.

El toque final de la tarta, antes de desmoldarla, consiste en esparcir por encima los 50 gramos de galleta Oreo triturada que habíamos guardado. Puedes ayudarte de un colador para que te sea más fácil y quede más homogénea la capa.

En cuanto a la decoración, como verás en la fotografía, en esta ocasión opté por una decoración algo barroca. Aunque tú puedes hacer lo que se te ocurra.

Con lo fácil que es, muy mal se te tiene que dar la cosa para que esta tarta de Oreo no te quede riquísima, decores como la decores.


Un consejo final: ¡pruébala muy fría!

sábado, 7 de mayo de 2016

ESCALOPES DE TERNERA CON SALSA DE ALMENDRAS PARA LA PRIMAVERA.



Filetes de ternera para la primavera. Desde hace unos años ese es mi mantra. Y es que si a otros la primavera la sangre altera —qué sutil y poético puede llegar a ser el refranero español—, a mí me altera el cuerpo entero.

Primero paso por la fase de alergia primaveral que me transmuta en una yonqui, que no yanqui, de ojos rojos y llorosos, con la nariz destrozada y capaz de matar a cualquiera por un chute de antihistamínicos. Y luego, como segunda fase, cojo una anemia de esas de caballo, de las que, por las fechas, siempre se comienzan confundiendo con astenia primaveral hasta que una analítica la descarta y pone en evidencia una anemia ferropénica de agárrate y no te menees, más que nada porque si te meneas mucho te puede a dar un mareo. Vaya, que tienes el hierro por los suelos. No hace mucho leí, y no sé si es verdad, que antiguamente se recetaba chupar llaves a los niños con anemia. Ay, la sabiduría popular, a veces tan sabia, y a veces tan bruta y literal… Si semejante barbaridad fuera cierta, a mi por estas fechas deberían recetarme chupar las vías de un tren.

jueves, 24 de marzo de 2016

UN COCHE PEQUEÑO EN UNA PÁGINA GRANDE.

En 2014 escribí un artículo en el que hablaba del fenómeno youtuber y de cómo estaba reemplazando cada vez más a la televisión.

Lo reconozco, soy una gran consumidora de vídeos en Youtube. Aunque a mis 27 años, hace mucho que se me pasó la época del fanatismo teenager; a mí los youtubers me interesan más como creadores de contenido, a veces, incluso, creativo.

Uno de los youtubers que sigo, Rush Smith, suele contar que su pasión por la publicidad empezó cierto día, cuando aún era apenas un crío, en el que su padre estaba leyendo el periódico. Ese día Rush Smith reparó que entre las páginas había una en blanco y en el centro aparecía una imagen muy pequeña anunciando un coche. En medio de su ingenuidad, Rush le dijo a su padre algo así como que los del anuncio se habían gastado tontamente el dinero en una página entera, porque la imagen del coche que habían puesto era tan pequeña que nadie se iba a fijar en él. A lo que su padre respondió: «Pues ya han conseguido que tú te fijes».

Los caminos de los publicistas, para el resto de los mortales, son inescrutables, pero todos persiguen lo mismo: captar nuestra atención e incitarnos a comprar.

La era digital evoluciona, más que a pasos, a zancadas agigantadas. Si hace dos telediarios hablábamos del marketing de contenidos, ahora, una zancada más allá, lo que impera es el marketing de influencers.

Los influencers o líderes de influencia, es decir, aquellas personas cuyas opiniones tienen influencia potencial sobre su audiencia, también están cambiando. Si décadas atrás, por ejemplo, las marcas solían contar con actores, cantantes, deportistas conocidos, etc., desde hace un tiempo y cada vez más, el marketing se está fijando en esas nuevas figuras que son los youtubers. El público potencial puede empatizar mucho más con estos personajes por cercanía e incluso por el feedback que reciben en las redes sociales. Y, por supuesto, su opinión es más verosímil.

Sin embargo, todo en exceso termina degenerando. Las gurús de maquillaje y moda salidas de Youtube, esas mujeres que se grababan con una cámara cualquiera o incluso una simple webcam para contar qué le parecían productos que ellas, con su propio dinero, se compraban, fueron las primeras en quienes las marcas repararon. El problema es que, con el tiempo, las seguidoras de estas gurús han empezado a desconfiar de sus criterios y han dejado de tener influencia real. Es normal que el público deje de creer en sus opiniones cuando perciben un cambio brusco en el canal de sus youtubers, diferencia entre los precios de los productos de los que solía hablar antes y ahora, o una clara intención publicitaria en sus vídeos.

La solución más sencilla y la que agradecemos los seguidores consiste en no ocultar que un vídeo está patrocinado por una marca. No es una fórmula matemática, es una cuestión de lógica: si no quieres perder la confianza de tus seguidores, tienes que ser honesto en todos tus vídeos, sin excepción.

Y toda esta reflexión viene porque, desde hace unos días, una marca, Garnier, ha conseguido en mí el mismo efecto que el anuncio pequeño de un coche del que siempre habla Rush Smith.

A lo largo de mi no tan corta existencia, he usado productos de Garnier en ocasiones puntuales y generalmente, que yo recuerde, he quedado satisfecha con ellos, aunque hace bastante tiempo que no compro ninguno. Pero la campaña que Garnier está iniciando con youtubers ha hecho que vuelva a recordar la marca y hasta interesarme por ella.

Lo que me ha sorprendido es que Garnier está promocionando su línea de productos para el cuidado de la cara, Pure Active, con youtubers que no son gurús de maquillaje, aunque también hay alguna. Y está recurriendo tanto a mujeres como a hombres.

Las que suelen hacer tutoriales de maquillaje las descarto, porque elegirlas no tiene nada de original. Pero me interesan mucho otros perfiles. Que yo sepa, entre los youtubers seleccionados están Rush Smith, Javier Ruescas, Focusing y Andrea Compton.

Es evidente que esta selección responde a un concienzudo estudio de la marca, no hay más que ver la carta simbólica que recibe Rush Smith junto con el envío de muestras del producto. Con la intención evidente de simpatizar con sus seguidores.


Conociendo el perfil de los creepers, seguidores de Rush Smith, queda claro que la campaña va dirigida a un público joven. Y por si me quedaba alguna duda, lo comprobamos de nuevo con el siguiente youtuber, Javier Ruescas, un booktuber y escritor de literatura juvenil.

Por otro lado tenemos a las chicas que he seleccionado para el ejemplo: Focusing y Andrea Compton. Dos chicas muy monas pero cuyo perfil no se parece en nada al de las típicas youtubers de voz melosa y pausada, que suben vídeos grabados en decorados de tonos pastel sobre fondo blanco y tropecientos focos.

He estado cotilleando un poco la línea Pure Active y al ver que entre sus productos hay limpiadores faciales y exfoliantes, no hay duda de que la campaña va dirigida, principalmente, a jóvenes que están en esa época dorada en la que la cara se convierte en un campo de cráteres: la pubertad. Y esa no hace distinciones de sexo. Es más, recuerdo haber visto en esa época a chicos que más que productos de Garnier necesitaban un milagro en el rostro, o una careta. Ay, juventud, divino tesoro

La creatividad, ya sea en literatura, publicidad, o cualquier campo, me fascina, así que voy a estar muy al pendiente en los próximos meses para ver cómo resuelven estos youtubers, y los que estén por llegar, el reto que tienen encima: generar contenido creativo para promocionar a Garnier. ¿Hasta qué punto van a cambiar su perfil al hacerlo?




Admito que el que más curiosidad me suscita es Javier Ruescas. He visto que en el primer vídeo de este tipo que sube ha resuelto bien el reto. Pero, ¿podrá seguirlo haciendo durante meses? Como escritor, ideas no le deben faltar… Confío.

sábado, 19 de marzo de 2016

CONTRA EL VIENTO DEL NORTE.

 “Me fascina que pueda interesarse tanto por una persona que no conoce de nada, que no ha visto nunca y probablemente no vea jamás”. Contra el viento del norte.





Cuidado con el viento del norte porque te puede hacer enfermar.
Hace un par de semanas tuve que anclarme unos días en cama por una gripe de esas que entran casi sin avisar y las que luego se achacan a un mal aire. Como soy un culo de mal asiento y me aburro soberanamente si no hago nada, decidí hacerme con un libro para esos breves intervalos en los que la fiebre da una tregua, tu cuerpo deja de temblar como un flan y no sientes que te están rebanando la sesera.

miércoles, 9 de marzo de 2016

TARBINAS O BUÑUELOS DE BACALAO


La palabra “tarbina” no aparece en la RAE. Eso me duele en el alma, y más aún sabiendo que la RAE sí que recoge, entre otros términos, “papichulo” y  “amigovio”, que no “follamigo”, no se vayan a escandalizar los ortodoxos de la lengua.

La que sí aparece en la RAE es la palabra “talvina”, pero esa hace referencia a unas gachas que se hacen con leche de almendra, mientras que tarbina se refiere a unos buñuelos de bacalao muy típicos en la gastronomía mediterránea.

sábado, 27 de febrero de 2016

DIOS VUELVE EN UNA HARLEY

dios vuelve en una harley


«Léete Dios vuelve en una Harley, de Joan Brady, te va a venir bien».  Me lo dijo así, sin más, como si acabara de recomendarme tomar una tisana de pasiflora para los nervios o una de tomillo para mejorar la circulación.

A mí el título del libro, de entrada, no me convencía nada. Cierto es que  confiaba en el criterio literario y los conocimientos sobre psicología de quien provenía la recomendación, pero Dios y yo hace mucho que no estamos a partir un piñón, precisamente.

martes, 23 de febrero de 2016

SOLOMILLO AL WHISKY CON ACENTO SEVILLANO.

solomillo al whisky

Sevilla tiene un color especial, lo dice la canción, y un sabor que quita el sentío. Eso lo compruebas en cuanto te das tu primera ruta de tapeo por la capital hispalense. Pero he caído en la cuenta de que, después de más de dos años escribiendo recetas, aún no te he traído una receta típica de Sevilla, una de esas que tienen más acento sevillano que el “miarma”. Así que hoy voy a convertirme, por fin, en una buena embajadora de la ciudad en la que nací.

domingo, 7 de febrero de 2016

ZUMBA, LOS MIL AVATARES QUE SUFRES CUANDO COMIENZAS A PRACTICARLO.


En enero me apunté a clases de zumba. Hace  tiempo que tenía el gusanillo del baile, quería quitarme los excesos de las Navidades sin matarme de hambre, también quería practicar algo de deporte, y una cosa llevó a la otra y cuando me vine a dar cuenta estaba bailando canciones de Nene Malo súper motivada, tal que así:


Pero antes de eso tuve que pasar por un drama digno de ser recordado: ataviarme para las clases de zumba.

viernes, 5 de febrero de 2016

TORTITAS PARA UN DESAYUNO DE PELÍCULA.

pancakes

Tortitas americanas o pancakes, llámalas como quieras, pero siempre son la estrella de todo desayuno peliculero que se precie. Aunque, en España, solemos encontrárnoslas en los bares como postre o merienda.

A mí me da igual el momento del día, yo es verlas por televisión y se me hace la boca agua. Y mira que yo soy muy de desayuno andaluz, y para mí la tostada con jamón, tomate triturado y un chorrito de aceite de oliva no se cambia por nada, pero cuando estoy tirada en el sofá viendo una de esas películas americanas, generalmente las que emiten en las sobremesas, y veo a esa idílica familia desayunando una torre de tortitas bañada en sirope de arce, a mí se me abre un agujero en el estómago y empiezo a salivar. Yo creo que, en ese instante, hasta se me baja el azúcar de puro ansia. 

domingo, 31 de enero de 2016

LA LENGUA AZUL



No pudo ser porque tenía la lengua azul.

Reconozco que mientras viajaba en el AVE se me pasó por la cabeza la idea. Pero nada más llegar a Madrid calculé las probabilidades que había de que, en 72 horas, dos desconocidos, que en realidad no lo son tanto, se cruzaran casualmente en una ciudad de más de tres millones de habitantes. Eran pocas. Muy pocas.

sábado, 23 de enero de 2016

PASTEL JAPONÉS CON SOLO 3 INGREDIENTES.

cotton cheesecake


Con tres ingredientes se puede hacer un pastel. Y no un pastel cualquiera, sino un pastel japonés delicioso. Aunque lo de sus orígenes japoneses yo lo dejaría un poco en el aire.

A decir verdad, este pastel recuerda a una tarta de queso. De hecho, se dice que fue en la década de los 80 en una ciudad al sur de Japón, Fukuoka, cuando una pastelería de estilo  estadounidense empezó a distribuir este pastel conocido, también, como la cotton cheesecake. Supongo que el nombre le viene por su textura tan esponjosa.

lunes, 18 de enero de 2016

CÓMO PREPARTE EL EXAMEN DELF B1 DE FRANCÉS


El DELF es un diploma de estudios en lengua francesa que expide el Ministerio de Educación francés. Y es reconocido internacionalmente.
Los niveles del DELF van desde los básicos A1 y A2 a los intermedios B1 y B2. Para obtener los niveles C1 y C2 habría que examinarse de un DALF, es decir, un diploma avanzado de estudios franceses.

Hoy día, tener un título oficial que te reconozca, como mínimo, un nivel B1 en algún idioma es un requisito fundamental que necesitas o vas a necesitar para muchas situaciones: conseguir un Grado, entrar en un Máster, sumar puntos en algunas oposiciones…  Por no hablar de que un curriculum sin idiomas es como una ensalada sin aliño: eso no hay quién se lo coma. O lo que es lo mismo: a ningún futuro jefe le gusta.

Hace unos años me presenté y aprobé, bien sûr, al examen DELF B1. Y hoy he decidido recordar mi experiencia y explicarte cómo me lo preparé yo, por si te sirviera de ayuda.

sábado, 9 de enero de 2016

PROPONTE


Aquí entre tú y yo: eres más falso que un billete de tres euros. Y yo también. Y un gran porcentaje de la población, para qué engañarnos.

Sí, sí, me refiero a ti, seas hombre o mujer. Me refiero a ti que a estas alturas ya lo has vuelto a hacer, como cada año, ya has vuelto a anotar, mentalmente o por escrito, una lista de propósitos para este año que recién acabamos de estrenar.

Mentir a la gente está mal, pero mentirse a uno mismo es cosa de imbéciles.

martes, 5 de enero de 2016

UNA TAL YO




Me llamo Eva María, como la que se fue buscando el sol en la playa pero sin bikini de rayas. Más que nada porque las rayas horizontales engordan y las verticales te dan un look presidiario poco glamuroso.

Tengo 27 años y soy sevillana, natural de un pueblo de marismas por cuyas arterias corre jugo de tomate, conocido como Los Palacios y Villafranca.

Ahora es cuando se supone que yo me vendo sutilmente, te cuento una versión emotiva sobre mi amor por las letras desde la niñez y te digo que inventaba cuentos desde muy pequeña y que se los leía a otros niños… bla, bla, bla… Chorradas. Eso ya lo sabes. Yo prefiero contarte una versión mucho más morbosa sobre mis orígenes.

Yo, Eva María, vine al mundo con un par de almendras ancladas a un útero y envuelto todo en una cadera que se fue ensanchando con el tiempo. A los catorce años (un poco más tarde que al resto de las chicas) me salieron de entre las costillas un par de colgajos de grasa, redondos, prietos, voluptuosos, pero inestables; para salir a la calle hay que llevarlos sujetos y dado que están cosidos al tórax de mala manera, intuyo que se terminarán soltando y la piel irá cediendo hasta rozarme el ombligo mientras la grasa de dentro se irá escurriendo, como la carne vieja de las uvas que se hacen pasas irremediablemente a la par que se les arruga el pellejo y se quedan colgando a saber cómo, de un racimo vencido que apenas las sostiene.

Eso es todo lo que tienes que saber de mí. Bueno, eso y las mil y una estúpidas aficiones que tengo: la literatura, la historia y la cocina, entre otras tantas.

También me entretengo en cosas mucho más serias y rentables como hablarle a las paredes, escuchar música por la calle, ver películas de los ochenta y envidiar los cardados de pelo, adivinar el futuro en los ojos de la gente, espiar por la ventana mientras hago bicicleta estática... Lo típico, vaya.

He abierto este blog porque padezco una curiosa patología: incontinencia verbal teclativa. Vamos, que es sentarme frente a un teclado y no puedo parar de escribir, sobre lo que sea.

Si has llegado leyendo hasta aquí, acabas de confirmar mi teoría: con una buena prosa, puedes atrapar al lector contándole cualquier cosa, desde la confirmación de la existencia del Bosón de Higgs al nacimiento de unos pechos, aunque esto último es más fácil, todo hay que decirlo.



Eva María Torres de los Santos
evamariaescribiendo@gmail.com