martes, 23 de diciembre de 2014

LOMO EN SALSA PARA LA CENA DE NOCHEBUENA


Hoy es Nochebuena y, aunque en la entrega pasada no vine con mucho espíritu navideño, en esta ocasión hago de tripas corazón y te traigo una receta especialmente pensada para ti que aún no sabes qué cocinar para la cena de esta noche o que entre el trabajo y las compras de última hora no has tenido tiempo de preparar gran cosa.

El mundo de las mesas de Navidad es de lo más variopinto. Hay familias que no entienden una comida de Navidad si no hay marisco de por medio, aunque sean unas patas de cangrejo o unos langostinos en oferta. Hay otras, las más peliculeras, que se afanan por conseguir un pavo para ese día, aunque luego no lo vuelvan a comer el resto del año. Hará relativamente poco, empezó la moda de las ensaladas aliñadas con vinagre de Módena y  se colaron pronto en las comidas navideñas. También hay, cada vez más, quienes optan por la moda de los canapés como entrantes. En mi casa hace tiempo ya que cada 24 de diciembre a mí me toca estar frente al ordenador buscando en Internet posibles rellenos para volovanes y tartaletas (aunque al final siempre acabamos rellenándolos con lo mismo). Cada familia tiene sus costumbres. ¡No hay dos con las mismas!


Lo que sí suele estar presente en casi todas las mesas por estas fechas, al menos donde yo vivo, es la típica carne mechada. Por eso, es muy probable que hoy tengas un trozo de cinta de lomo en la nevera que hayas comprado hace unos días con la idea de mecharlo pero que todavía no hayas sacado tiempo para eso.  Pues bien, la receta que te traigo consiste en aprovechar ese lomo haciendo algo diferente, para variar. A mí, hará dos navidades, me ocurrió que teníamos en casa un trozo de cinta de lomo y no nos apetecía volver a comer carne mechada como cada año. Casualmente, hablando con una amiga sobre el laberinto y quebradero de cabeza que a menudo suponen las recetas navideñas, ésta me contó que su madre solía hacer un lomo en salsa para estas fechas y me dio la receta. Aquel año la hicimos en mi casa para la cena de Nochebuena y gustó mucho. Desde entonces he ido “tuneando” la receta a mi gusto pues creo que lo realmente divertido de la cocina es darle tu toque a las recetas, cambiar las proporciones de los ingredientes, quitar unos, añadir otros…  Te animo a que hagas lo mismo con esta receta y cualquier otra que te traiga o te haya traído ya.

Por mucho que le haya “metido mano” a esta receta de lomo en salsa, es y siempre fue, una receta muy sencilla (como todas las que te traigo, ya lo sabes), con ingredientes que todo el mundo tiene en casa, que está muy rica y que es ideal para una cena o comida navideña o para cualquier ocasión. Yo, sinceramente, no suelo hacerla muy a menudo, por aquello de que me gusta dejar ciertas recetas para ocasiones especiales (soy así de maniática) aunque a veces me puede el antojo y la hago cualquier día. Pero a lo mejor tú, cuando veas lo fácil que es y el sabor tan “potente” que tiene, puede que te dé por hacerla todas las semanas.

Los ingredientes que necesitas son un trozo de cinta de lomo (1,5 kg. aprox.) , 5 cebollas, 4 zanahorias, 3 hojas de laurel, 4 o 5 dientes de ajo, 1 vaso de brandy, medio vaso de vino blanco, 1 pastilla de caldo concentrado de pollo, sal y pimienta.

Para hacer esta receta tienes que seguir varios pasos. Primero corta las cebollas en cuadrados (no te digo en brunoise que es como quedaría más “elegante” porque en realidad luego la cebolla va a ir batida por lo que no hace falta que te esmeres mucho en cortarla en pequeños pedacitos) y ponla a freír en una olla a presión. Si no eres muy mañoso/a con las ollas rápidas (yo misma soy de las que tiene terror a cerrar una de esas ollas mal y que me explote en las narices, ¡menudo drama!) puedes utilizar una olla normal aunque, evidentemente, tendrás que aumentar los tiempos de cocción que te voy a indicar. Luego, pela las zanahorias y agrégalas cortadas en rodajas.  Cuando la cebolla se esté empezando a dorar, agrega un chorro generoso de salsa de soja y sofríe unos minutos más. Mientras, coge el lomo y salpimiéntalo. Yo te aconsejo que frotes los lados del lomo con sal y pimienta para que la carne coja bien las especias y, en una olla aparte, selles el lomo, es decir, que lo frías un poco por cada uno de sus lados en una sartén con el aceite fuerte. ¡Solo un poco! Esto se hace para que no pierda los jugos durante la cocción. Una vez tengas el lomo sellado y la cebolla dorada junto con la zanahoria frita, agrega a la olla el lomo, el vaso de brandy y el medio vaso de vino blanco y deja que se evapore el alcohol. Después, echa las hojitas de laurel, la pastilla de caldo concentrado y agrega agua hasta cubrir la carne.  Podrías añadir también un poco de sal pero a mí, personalmente, con la pastilla de caldo concentrado y el chorrito de soja me parece suficiente. Te aconsejo que no le agregues más allá de una pizca. Es preferible rectificar un poco de sal al final, si se queda soso, que pasarte y que no tenga solución el desaguisado. Ponlo a fuego máximo y cuando empiece a hervir cierra la olla. Baja a fuego medio y deja que se vaya cociendo la carne durante 20 minutos. Pasado el tiempo, abre la olla, dale la vuelta a la carne, agrega un chorro generoso de limón, vuelve a llevar el fuego a ebullición y cierra de nuevo la olla, para dejar que la carne se cocine durante otros veinte minutos a fuego medio.

Pareciera que son muchos pasos pero en realidad son cosas muy sencillas.

Para finalizar tienes que sacar el lomo y reservarlo aparte. Quita las hojitas de laurel y bate el caldo con la cebolla y la zanahoria. Rectifica de sal en este punto si lo ves conveniente. El resultado es una salsa espectacular. Si ves que te ha quedado muy líquida puedes ponerla a cocer unos minutos más, hasta que esté a tu gusto.

Para presentarlo, corta el lomo en rodajas y agrega por encima la salsa. También puedes poner un pequeño tarro en la mesa con salsa para quien se quiera añadir más. Te aviso que es una de esas salsas en las que lo de mojar pan es una tentación irresistible.

En la fotografía puedes ver que yo acompañé la carne con patatas fritas un día “no especial” pero tú puedes echarle imaginación y currarte un acompañamiento más “sofisticado” (vamos, por aquello del postureo de estas fechas). Lo dejo a tu imaginación.

Espero que te guste mucho la receta y puedas disfrutarla en compañía de aquellos a quienes quieres y aprecias.


¡Felices fiestas!

*Publicado en la sección de Gastronomía de La voz de hoy

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