En 2012 las galletas Oreo cumplieron la friolera de cien
años, su primer siglo. Hace unos días yo cumplí 28 y, como yo ansío ser tan
famosa y longeva como esas legendarias galletas, se me ocurrió celebrar el año
que me caía en suerte preparando una tarta de Oreo. Como ves a mí excusas no me
faltan nunca.
Yo siempre digo que, por muy original que uno se crea, todo
está inventado. Pero, ¿sabías que las Oreo ya estaban inventadas antes de su
comercialización? Ya que si bien las Oreo
salieron al mercado en 1912, estas deliciosas galletas que todos conocemos hoy
día eran casualmente muy parecidas a
unas galletas de la competencia: las galletas Hydrox. Aunque dicen que las
Hydrox tenían un sabor más fuerte y picante y menos relleno que las Oreo.
Las Hydrox fueron retiradas en 1996, cuando yo apenas
atesoraba 8 años y no estaba para investigaciones culinarias, por lo que perdí
irremediablemente la oportunidad de probarlas y comparar su sabor con el de las
galletas Oreo.
En los anuncios nos muestran que hay mil formas de comer
galletas Oreo: mojándolas en leche, separándolas y chupando la crema… Pero a mí
lo que realmente me gusta es aprovecharlas para hacer elaboraciones dulces: batidos,
helados, tartas y todo lo que se me ocurra.
Así que hoy te voy a enseñar a hacer una tarta de galletas Oreo sin horno.
Porque es verano y recuerda que en verano el horno se toma sus merecidas
vacaciones. Lo que, a su vez, evita que mueras por un golpe de calor en tu
cocina. Que se habla mucho de las caídas en la ducha pero muy poco de los
soponcios entre fogones.
Para hacer una tarta Oreo sin horno necesitas: 300 gr. de
galletas Oreo grandes, 600 ml de nata para montar, 2 tarrinas de queso para
untar tipo Philadelphia, 6 cucharadas de azúcar, 7 láminas de gelatina neutra,
1 yogur natural y mantequilla. Opcionalmente también puedes necesitar algunas mini
galletas Oreo y un poco de nata montada.
Lo primero que tienes que hacer es abrir las galletas Oreo,
quitarles el relleno, apartarlo en un bol y triturarlo un poco con un tenedor.
Luego, tritura las galletas en una picadora y aparta, aproximadamente 50 gr. de
galleta triturada. Después, añade a los 250 gr. de galleta Oreo triturada
mantequilla a temperatura ambiente hasta hacer una pasta —la cantidad va un
poco a ojo, vigila que quede una masa compacta pero no demasiado aceitosa—. Y
extiende la masa por la base del molde de la tarta.
Para el relleno mezcla en un bol la nata —líquida, sin montar—
salvo unos 50 ml. que has de reservar, el yogur, las dos tarrinas de queso para
untar, el azúcar y el relleno de las galletas Oreo hasta que quede todo
homogéneo. Cuando lo hayas conseguido pon a hidratar durante unos diez minutos
las láminas de gelatina. Una vez pasado el tiempo calienta la nata que habías
reservado y disuelve en ella las láminas de gelatina previamente hidratadas.
Para terminar, intégralo al relleno con movimientos suaves y
viértelo sobre el molde.
Tras estos pocos pasos, tienes que reservar la tarta en el
frigorífico unas doce horas.
El toque final de la tarta, antes de desmoldarla, consiste
en esparcir por encima los 50 gramos de galleta Oreo triturada que habíamos
guardado. Puedes ayudarte de un colador para que te sea más fácil y quede más
homogénea la capa.
En cuanto a la decoración, como verás en la fotografía, en
esta ocasión opté por una decoración algo barroca. Aunque tú puedes hacer lo
que se te ocurra.
Con lo fácil que es, muy mal se te tiene que dar la cosa
para que esta tarta de Oreo no te quede riquísima, decores como la decores.
Un consejo final: ¡pruébala muy fría!