En la década de los 90, cuando yo era una yogurina, en las
celebraciones familiares no solía faltar una jarra de sangría. Lo sé por
algunos vídeos que lo atestiguan. Sin embargo, ahora me cuesta más encontrarla
coronando mesas de festejos.
La sangría, esa limonada de vino a la que se le añade
trocitos de fruta que se dejan macerar es una bebida muy tradicional en España
aunque últimamente nos haya dado por fijarnos más en modas tan originales como
la de aliñar cual ensalada los Gin Tonics. Afortunadamente, esta original
tendencia empieza a estar de capa caída. Nadie la echará de menos.