jueves, 23 de abril de 2015

TARTA DE TRES CHOCOLATES Y ALGUNOS TRUQUILLOS PARA QUE SALGA PERFECTA.




Hay una tarta que a los amantes del chocolate se nos hace la boca agua con solo verla: la tarta de tres chocolates. Es una tarta por la que he visto meterse en los fogones a auténticos no-cocinillas que no han podido resistir la tentación y no querían tener que depender de la buena voluntad de alguien que se las hiciera. Tal como lo lees. Esas tres capas cremosas de chocolate son un puro vicio. Y si la congelas se convierte en una tarta helada que quita el sentío.

Como anécdota, te contaré, que una de las finalistas de la segunda edición de Máster Chef Junior, Martina, elaboró una tarta de tres chocolates como postre para su menú en la final. Y es que no es una tarta complicada pero requiere de cierta técnica y un poco de paciencia.

sábado, 11 de abril de 2015

ALGUIEN TENÍA QUE DECIRLO: LOS SEVILLANOS SON MUY INTENSOS.



Querido sevillano de pro que eres ombliguista de tu tierra como el que más, no me leas. Yo no quiero que te indignes con lo que voy a decir y luego se te hinche la vena gorda y del sofoco te dé un vahío. Así que, no me leas.

Sevillano cosmopolita de esos que respetan y valoran sus raíces —aunque a veces sean tela de enrevesadas— pero sacan el tronco a pasear y no les importa dar sombra aquí o allá. Miarma, como tú y yo hay pocos, muy pocos, y creo que solo tú me vas a entender. Así que, léeme.

He dudado sobre escribir este artículo, porque aquí, en Sevilla, mucho ji ji y mucho ja ja pero cuando se tocan las sevillanas maneras… Ay, cuándo se tocan las sevillanas maneras…

miércoles, 8 de abril de 2015

POLLO A LA COCA-COLA VERSIÓN 2.0.



Pollo a la Coca-Cola es una receta que no tiene sabor a tradición. Pollo a la Coca-Cola es una receta que tiene sabor a la creatividad desesperada de un grupo de jóvenes que vivían en un piso de estudiantes y a los que un día se les debieron de acabar los tupperwares de sus madres. Al tener que subsistir con lo poco que tenían en su famélica nevera —refrescos y algo de carne—, improvisaron este plato.

No sé si realmente ese será el origen de esta receta. Aunque yo apostaría mucho a que sí. Esta receta tiene un toque juvenil y desenfadado que me hace apuntar sus raíces por esos derroteros.

Me habrás leído hasta la saciedad decir aquello de que me encanta la creatividad en la cocina y creo que no hay mayor impulso a la creatividad que la necesidad. No hay duda de que una nevera vacía hace milagros con el ingenio. Si no que se lo digan a nuestras madres y abuelas.

Sé que la primera vez que escuchas lo de pollo a la Coca-Cola te puede sonar raro. Y más raro aún le habría sonado, de haberlo oído, a John S. Pemberton, el farmacéutico que a finales del siglo XIX inventó un jarabe para aliviar los problemas de digestión que acabó convirtiéndose en la famosísima Coca-Cola. Pero ya comprobarás cómo la reducción de Coca-Cola puede ser una excelente base para una salsa deliciosa.

Es probable que conozcas la versión más extendida de esta receta que consiste en poner en una bandeja de horno pollo cortado a trozos, en filetes, o como prefieras y agregar un sobre de sopa de cebolla y una lata de Coca-Cola. El resultado es más que aceptable. Una receta facilísima y rica. Sin embargo, yo hoy te traigo mi versión mejorada de esta receta: pollo a la Coca-Cola versión 2.0. Es distinta, lleva algunos ingredientes más y, te aseguro, el resultado está de vicio.

Los ingredientes que necesitas son 2 pechugas de pollo, 1 cebolla grande, 1 lata de Coca-Cola, kétchup, salsa de barbacoa, sazonador de barbacoa, pimienta, sal, salsa de soja y aceite de oliva.

No sé si te has percatado o no pero nunca suelo especificar marca alguna de los ingredientes en las recetas que te traigo. No obstante, hoy tengo que hacer una excepción porque creo que es interesante que te puntualice la marca de algunos productos ya que, en esta ocasión, elegir una u otra podría cambiar el sabor de la receta de manera notoria.
              
He probado muchas marcas de salsa barbacoa pero, sin duda, me quedo con la de la marca DIA. Esa es la que yo utilizo para esta receta.

En cuanto al kétchup para esta receta prefiero el sabor indiscutiblemente diferente del kétchup Henz.

Por otra parte, utilizo el sazonador de barbacoa de la marca Hacendado pero, sinceramente, no creo que haya mucha diferencia con el de otras marcas. Lo mismo podría decir de la salsa de soja.

Esto no quiere decir, ni mucho menos, que esta receta de pollo a la Coca-Cola pueda hacerse solo y exclusivamente con los ingredientes de las marcas indicadas. Puedes hacerla con el kétchup que sueles tener por casa y la salsa barbacoa que prefieras. Sin embargo, te detallo este aspecto por si lo quieres tener en cuenta e intentar emular exactamente mi receta.

Dicho lo cual, dejo la palabrería y te indico los pasos a seguir.

Lo primero que tienes que hacer es cortar en juliana la cebolla y ponerla a freír.
Mientras, corta la pechuga en cubos. Salpimienta y sazona con el sazonador de barbacoa.
Cuando la cebolla esté dorada, agrega un chorro generoso de salsa de soja.
Después, añade los trozos de carne y rehoga un poco.
En este punto, agrega el contenido de una lata de Coca-Cola, dos cucharadas de kétchup y cuatro de salsa barbacoa.
Cuece a fuego medio hasta que reduzca la salsa. Y listo.

Puedes acompañar el pollo de patatas fritas o, mejor aún, una ensalada para bajar tanta sabrosura.

Quizá esté hoy demasiado envalentonada pero apostaría que esta va a ser la receta a la que te vuelvas más asidu@ de entre todas las que te he traído hasta el momento. Espero no equivocarme.

¡Ah! ¡Se me olvidaba! Para la versión 2.0 del pollo a la Coca-Cola también necesitas pan porque te aseguro que querrás rebañar la salsa del plato. Anótalo en los ingredientes. Y, ¡buen provecho!

miércoles, 1 de abril de 2015

TODOS SE PREPARAN




Lunes de la primera semana de junio. En Los Palacios y Villafranca, un pueblo de Sevilla, el reloj de la segunda parada de autobús marca las ocho y un minuto de la mañana. Justo encima, un cartel publicitario anuncia una oferta de bikinis a 25,99 euros y bañadores de hombres a 19,99 euros en el Corte Inglés. De fondo, la fotografía de una pareja joven, muy bronceados y muy rubios ambos. Ella tiene cintura ancha, caderas estrechas y pecho generoso. Él tiene torso atlético y piernas fuertes. Se ríen mostrando una dentadura blanca de dientes perfectamente alineados. El reloj parpadea. Desaparece la hora y marca la temperatura: 31º.
En la parada hay una veintena de personas esperando el autobús con destino a Sevilla a las que progresivamente se van incorporando gente. Poco a poco, van formando una especie de cola. Unos cuantos charlan entre sí. Otros esperan callados, cambiando continuamente de postura. Otros, incluso, aguardan bostezando.
Un chico que viste traje de corbata pero que no aparenta más de treinta años, se fuma un cigarro. Una chica que está a su lado lo mira insistentemente y cuando éste le devuelve la mirada, ella se pasa la mano por la nariz a modo de parabrisa.