No, este año para ti, probablemente, no ha sido fabuloso,
así que no tienes por qué agradecérselo a todos tus contactos de Facebook (de hecho, a la mitad de ellos no
les importa lo más mínimo y a la otra mitad lo único que les preocupa es que
hayas tenido un año mejor que el suyo, o al menos que lo parezca). Ya lo sé,
Facebook te ha preparado una presentación con fotos tuyas sobre estampados fiesteros
que te ha hecho hasta dudarlo, a mí me ha pasado lo mismo, que conste, pero
todo es paripé, como cuando le echas una foto al escaparate de tartas de una
cafetería, la subes a las redes sociales, y luego te pides un triste café.
Piénsalo.
Un algortimo de Facebook
ha seleccionado las fotos con más
comentarios o con más “ME GUSTA” las cuales, a la fuerza, tienen que ser
las mejores y si no es así es porque eres un idiota que no sabe que en las
redes sociales solo se suben cosas buenas por lo que, si en el resumen de tu
fabuloso año aparece la foto de tu coche abollado cuando tuviste un
accidente, la foto de tu pierna
escayolada, la foto de la sala de espera de un hospital, o de la mesa de la
cocina llena de paracetamol y mucolíticos, la última foto de tu perro
recientemente fallecido o la de tu carta de despido, entre otras, es cosa tuya
por compartir tus miserias y avatares cotidianos. Es sarcasmo, lo matizo por si no hay algoritmo que la
detecte.